miércoles, 25 de noviembre de 2015

EL ÁRBOL GINKGO DE 1.400 AÑOS QUE CONVIERTE A UN TEMPLO BUDISTA EN UN HERMOSO OCÉANO AMARILLO


  Nunca dejaremos de asombrarnos con las maravillas de la naturaleza, genialmente representada por este emotivo espectáculo de luces y sombras, cuyos tesoros siguen inspirando y concienciando a miles de personas para que contribuyan, en la medida que sea, en su preservación.

Y es que todos los días descubrimos nuevos lugares y elementos que moldean su belleza, como el árbol de más de 1.400 años de antigüedad que os mostraremos hoy, capaces de quitarnos el hipo.
Ha conseguido acaparar la atención de miles de personas en todo el mundo, no solo por la belleza otoñal adquirida recientemente, sino por el entorno en el que se encuentra y la genialidad de la especie a la que pertenece:
El majestuoso árbol crece junto al templo budista Gu Guanyin, en las montañas de Zhongnan, donde los adeptos a las tradiciones budistas y taoístas locales tenían la costumbre de aislarse completamente del mundo, para imbuirse de lleno en una vida de paz y espiritualidad
Desde mediados de noviembre sus hojas doradas caen sobre el terreno, convirtiendo el suelo del templo en un océano amarillo digno de ver

El ginkgo, también conocido como el árbol de los cuarenta escudos, fue descrito por Charles Darwin como el testigo del tiempo y fósil viviente, pues está considerado como la especie superior viva más antigua del planeta.
En la cultura China, el ginkgo representa simbólicamente la dualidad del mundo: el principio masculino y el femenino, el cielo y la tierra, lo visible y lo oculto, el Sol y la Luna, el ying y el yang. Por eso es considerado una especie de árbol sagrado capaz de dejarnos absortos con su magnificencia

Ya sabéis, si viajáis a China en otoño, no dejéis pasar la oportunidad de contemplar a uno de los seres vivos más antiguos del planeta y el mágico entorno en el que se encuentra.


martes, 24 de noviembre de 2015

¿Quién es Lucy, la australopiteco?

Hace 41 años un grupo de paleontólogos descubrió en Etiopía los fósiles de un humanoide de 3,2 millones de años de antigüedad

 

Lucy es el esqueleto más famoso del mundo. Hace 41 años, un grupo de paleontólogos descubrió en Hadar, al noreste de Etiopía, el conjunto de restos fósiles de un australopiteco que vivió hace 3,2 millones de años. Era una hembra de 1,1 metros de altura y se trató del primer hallazgo de un humanoide en buen estado que logra explicar la relación entre los primates y los humanos.
Los trabajos de rescate recuperaron el 40% del esqueleto y tras varios estudios se confirmó que esta Australopithecus afarensis ya caminaba en dos extremidades inferiores. Lucy tiene los pies arqueados como los humanos actuales, lo que indica que era bípeda y que su especie había dejado de trepar árboles como los primates. El hallazgo la ubica como un ancestro de los Homo sapiens y también como una conexión evolutiva con los primates.
 Era el 24 de noviembre de 1974 cuando se hizo el descubrimiento y en la radio sonaba Lucy in the sky with diamonds, el éxito de los Beatles, así que al paleontólogo Donald Johanson le pareció buena idea darle un nombre al grupo de huesos que, según indicaban las primeras investigaciones, pertenecían a una sola persona. La nombró Lucy y con el apelativo siguió la fama. Tras este descubrimiento se han encontrado más de 250 fósiles de al menos 17 individuos en la misma región.

Los restos permanecen en el Museo Etíope de Historia Natural en Addis Abeba en una cámara de seguridad a la que el público no tiene acceso. Sin embargo, el Gobierno etíope decidió en 2007 sacar el esqueleto del resguardo para llevarlo en una gira po los Estados Unidos. Durante siete años, Lucy viajó por varias ciudades y cientos de personas pudieron observar los trozos de cráneo, costillas, pelvis y fémur del ejemplar.
En 2015, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, visitó Etiopía y las autoridades le permitieron observar directamente el esqueleto y tocarlo.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Verano. Han terminado las clases y hay mucho tiempo libre. Javier se levanta tarde, apenas desayuna y sale a la calle. Tarde o temprano se encontrará con sus amigos en la esquina de siempre. Con su calma habitual, cruza con el semáforo en rojo. Los pitidos de los coches no le molestan. Únicamente piensa: “¡Qué calor, no hay quien aguante el sol!”. Mientras, empieza a sudar ligeramente y entorna los ojos.
Por su camino se cruza una amiga de sus padres. Javier nota sus labios en la mejilla en el momento del beso de rigor. Un segundo después se encuentra con Marina. Bien vestida, derecha y muy guapa. Esta vez, el encuentro se produce sin palabras, sin contacto y con un saludo que se queda en un simple gesto con la cabeza. Javier siente vergüenza, un estremecimiento en el cuerpo y el pulso acelerado. Pasa de largo.Instantes después, nada de nada, normalidad. Aparecen sus amigos y, aunque siente hambre, se va a dar una vuelta.


La adrenalina, también conocida como epinefrina, es una hormona y un neurotransmisor 

Los estímulos que Javier percibe, el pitido de un coche, el calor, la luz del sol o la sensación de hambre, tienen asociada una respuesta a nivel celular y a nivel molecular. Este tipo de respuestas fisiológicas no están socialmente condicionadas y son comunes para la mayoría de los organismos superiores. Asimismo, cuando alguien se cruza con la persona que le gusta, como le sucede a Javier con Marina, su organismo suele segregar una sustancia química al torrente sanguíneo, la adrenalina. Esta hormona es secretada en situaciones de alerta o de peligro.
La adrenalina es un neurotransmisor, es decir, una molécula que transmite información de una neurona (un tipo de célula del sistema nervioso) a otra. Se trata además de una molécula que es reconocida específicamente en la superficie de nuestras células. Cuando esto sucede se desencadena un proceso que implica la contracción del corazón y, por tanto, el incremento de la frecuencia cardiaca; la producción de azúcar en el hígado; una aceleración de la respiración y la dilatación de los conductos del aire. El cuerpo debe estar preparado para lo que pueda ocurrir. Lo mismo sucede en las horas previas a un examen, ante un encuentro inesperado o frente a la amenaza de un posible asalto. La adrenalina actúa ante una situación de tensión, sea esta agradable o desagradable, a la que el cuerpo debe adaptarse. En otras palabras, su presencia es una respuesta involuntaria frente a la percepción del riesgo.
Cuando alguien se encuentra en peligro o alerta, es el hipotálamo, situado en el cerebro, el que ordena a las glándulas suprarrenales la liberación de adrenalina y otras hormonas al torrente circulatorio. En cuestión de segundos el cuerpo responde. Es lo que se conoce como ‘subidón de adrenalina’, que facilita una respuesta física potente. Dilatar las vías aéreas permite captar una mayor cantidad de oxígeno, lo que mejorará el rendimiento físico para responder a un aumento de actividad repentino (por ejemplo, la huida ante un depredador u otro tipo de amenaza). La contracción de los vasos sanguíneos redirige la sangre para movilizar más energía a los músculos. Incluso pueden mejorar temporalmente ciertos tipos de memoria y afinarse los sentidos.
Volvamos a la historia de Javier. Marina pasa de largo y unos segundos después todo vuelve a la normalidad, las alteraciones físicas desaparecen. ¿Pero qué ha sucedido exactamente en los instantes anteriores? Para comprender el proceso podemos explicar la respuesta celular en tres etapas. En la primera, una señal o estímulo (en este caso, la adrenalina que segrega Javier al encontrarse con Marina) llega a la superficie de la célula y allí activa un receptor. La segunda etapa implica que el receptor activado transmita la información al interior de la célula, codificándola en una señal química. Por último, esta señal o mensaje secundario activa un sistema amplificador –sistema efector– que modifica el comportamiento de la célula en función del estímulo primario. A partir de ahí se desencadenarán progresivamente las alteraciones físicas antes descritas.

Armando Albert (CSIC)



miércoles, 4 de noviembre de 2015

VIRUS DE LA GRIPE

El mejor modelo en 3D del virus de la gripe
Ilustradores biomédicos de la compañía rusa Visual Science, con el asesoramiento de investigadores del Centro Nacional de Biotecnología (CSIC), han creado “el modelo 3D científicamente más preciso del virus de la gripe”. Se trata del primer modelo tridimensional del influenzavirus A subtipo H1N1, más conocido como A/H1N1, uno de los más comunes y letales del mundo.

Las diferentes cepas del virus de la gripe que van surgiendo a lo largo del tiempo difieren principalmente por dos proteínas de su superficie, que acumulan cambios mutacionales muy rápidamente, aumentando así la diversidad del microorganismo y complicando su tratamiento con los antiviralesEn la membrana hay dos tipos de proteínas: la hemaglutinina, que se une a los receptores de la célula para que las membranas viral y celular se fusionen y pueda penetrar el genoma vírico dentro del citoplasma; y la neuraminidasa, que ayuda a los viriones recién formados a separarse de la membrana de la célula huésped para salir y buscar nuevas ‘víctimas’. También se encuentran aquí los canales proteícos (M2) por donde entran protones y que resultan cruciales cuando el virus se 'desempaqueta', además de compuestos lipídicos robados a la célula huésped cuando el patógeno emerge por gemación.El virión o partícula viral tiene un diámetro de entre 80 y 120 nm, con un aspecto generalmente esférico. Su forma vacunas que los expertos recomiendan aplicar cada año.viene determinada por una capa de proteína matriz, que actúa como componente estructural bajo la membrana, sirviendo de enlace entre las proteínas superficiales y el genoma del interior.
Dentro del virión está su genoma, constituido por ocho moléculas de ARN de varias longitudes, que se asocian a filamentos de nucleoproteínas para formar grandes espirales. Además aparece el complejo de la polimerasa, una enzima que ayuda a generar nuevas copias del ARN, algunas de los cuales se utilizan para fabricar más proteínas virales y otras se empaquetan en nuevos virus.
Para realizar este modelo en 3D los diseñadores rusos han revisado los estudios científicos sobre el virus de los últimos años, así como imágenes de microscopía y datos conseguidos con cristalografía de rayos X. El mismo equipo ha elaborado una de las mejoras infografías conocidas sobre el virus del ébola.